Muchas
veces en niños/as con dificultades en la escritura nos centramos en que
aprendan habilidades grafomotoras, sin tener en cuenta que durante todo el día
hay muchas oportunidades de entrenar dichas destrezas que además fomentan su
autonomía e independencia.
Exigirles que repasen su nombre, sigan líneas de
puntos o copien palabras, para luego ponerles nosotros las zapatillas,
vestirlos o incluso darles de comer, no sólo merma sus destrezas sino que
generamos niños más dependientes, cuando en realidad lo que queremos es su
independencia y bienestar.
Aprender a escribir bien depende de habilidades motoras gruesas y de habilidades de motricidad fina (entre otras). Para ello , el niño/a debe tener fuerza en las manos, buena coordinación entre ambas partes del cuerpo, coordinación oculo-manual, buena precisión en los movimientos de motricidad fina, disociar las diferentes partes del brazo, muñecas, dedos...
Llevar a un niño/a a terapia para que mejore destrezas motoras, de coordinación , de movimiento... y luego no fomentar el uso de su cuerpo para la participación y autonomía en el hogar y en el aula, es como plantar flores en un jardín que luego no va a ser regado y cuidado.
Aprender a escribir bien depende de habilidades motoras gruesas y de habilidades de motricidad fina (entre otras). Para ello , el niño/a debe tener fuerza en las manos, buena coordinación entre ambas partes del cuerpo, coordinación oculo-manual, buena precisión en los movimientos de motricidad fina, disociar las diferentes partes del brazo, muñecas, dedos...
Llevar a un niño/a a terapia para que mejore destrezas motoras, de coordinación , de movimiento... y luego no fomentar el uso de su cuerpo para la participación y autonomía en el hogar y en el aula, es como plantar flores en un jardín que luego no va a ser regado y cuidado.
En la vida diaria es donde ocurren las mayores oportunidades de aprendizaje.