Educar en las emociones
Se dice
que aquellas personas que saben manejar sus emociones tienen
Inteligencia
emocional.
Los niños
emocionalmente inteligentes se sienten más a gusto y disfrutan más la escuela.
Además, saben trabajar mejor en grupo y
es mucho menos probable que tengan problemas de conducta.
La mayoría
de los padres está de acuerdo en cuanto a desear que sus hijos cuenten con estas
destrezas. Pero lo que muchos no saben es que aprender a expresar las emociones
y a controlarse comienza durante los primeros años de vida. En este período los
padres pueden realmente hacer una diferencia.
Ponerse en “sintonía”
La manera
en que los padres pueden enseñarle a sus
bebés a expresar las emociones es “sintonizándose” con ellos. Identificando sus emociones, traduciendo lo
que quieren expresar, pueden ayudar a fortalecer las conexiones cerebrales que producen
dichas emociones.
Para
sintonizarse es preciso ser un buen observador.
A medida
que observen a sus pequeños pueden
preguntarse a ustedes mismos:
• ¿Qué
estará sintiendo mi bebé?
• ¿Cómo
debo responder?
• ¿Cómo puedo
dejarle saber que lo entiendo?
Estar
sintonizados es actuar como un espejo en el que se refleja aquello que ustedes
piensan que su bebé siente. Los siguientes son algunos ejemplos:
Si su bebé les sonríe, ustedes
pueden sonreírle,
mover la cabeza, hablarle. ¿Por qué es esto
importante? Porque les enseña cómo relacionarse con otros y cuánto
se les ama.
Si el bebe es sorprendido por un sonido súbito y llora, ustedes
pueden abrazarlo y acariciarlo diciendo: “¡Qué ruido! No importa. No pasó
nada”. Porque se les demuestra que no hay peligro y que ustedes comprenden como
se siente.
Si el bebe se emociona al ver un perrito ustedes pueden expresar
emoción también y decir: “Mira, ¡qué lindo el perrito!” Porque así se los
estimula a explorar el mundo y se fortalece la sensación de alegría.
Si su bebe ve a alguien desconocido (conocido por ustedes) y
grita asustado, ustedes pueden permanecer con su pequeño y tranquilizarlo presentándole
a la persona. Porque les ayuda a confiar en los demás y a superar su temor a
las personas desconocidas.
A medida
que sus pequeños crezcan, ustedes podrán hablarles más sobre las emociones, de
manera que aprendan las palabras que les permitan expresar lo que sienten.
Aquellos niños que al sentir emociones intensas aprenden a usar las palabras,
en lugar de sus “puños”, aprenden a controlarse porque aprenden a identificar
lo que sienten y como hacérselo saber a los demás sin actuar impulsivamente.