Un niño adecuadamente estimulado es un niño feliz y posteriormente podrá ser un adulto feliz.
La mirada, el contacto físico y los cuidados
corporales constituyen un estímulo indispensable. Si la atención de los bebes
prematuros cambio en las últimas décadas, elevando de manera drástica sus posibilidades de supervivencia, fue
gracias al descubrimiento de la importancia de ese contacto estrecho con el
recién nacido.
Una enfermera se percato de ese hallazgo. En la
sala en la que ella trabajaba, los prematuros tenían muchas mas posibilidades
de sobrevivir, la razón era su dedicación personal a esos niños que habían
abandonado de manera abrupta el vientre materno.
La falta de conocimiento sobre lo determinante del
afecto en la posibilidad de sobrevivir de un niño hacía que los pequeños fueran
asistidos sólo desde el punto de vista médico; el afecto de esta enfermera que
los ponía sobre su pecho, los miraba, y les hablaba lograba el éxito.
La mirada de los padres es el primer espejo del
niño, en esa mirada reconocerá lo que significa para ellos, la medida en que ha
sido esperado y deseado. Cuanto amor genera.
La caricia, alimentación y cuidados son ritos
insustituibles. Paradójicamente para que un niño pueda alcanzar una
independencia plena hay que establecer un contacto muy estrecho e intimo con
él.
Mas tarde estimularlo para dar sus primeros pasos
será una forma de generar autoconfianza en sus posibilidades. En esta etapa
como en todas las siguientes existen palabras y gestos “llave” que son
excelentes generadores de la confianza en sí mismos. Un guiño cómplice cuando
el chico tiene que atravesar una situación difícil, una palmada en la espalda o
un gesto, una palabra de aprobación cuando obtuvo un buen resultado en un
examen son pequeños
estímulos que logran grandes resultados. Que nuestros hijos logren separarse exitosamente de
nosotros supone que antes hubo una larga etapa de estrecho acercamiento.
En el jardín maternal, o de infantes, los niños
comienzan a dar sus primeros pasitos de salida al mundo. En esta etapa la
estimulación adecuada gira en torno a ayudarlo a ampliar
sus relaciones sociales, y aquí, contrariamente a lo que suponen muchos padres los límites claros juegan un rol importantísimo, y
representan un acto de amor y estimulación. Los niños que crecen sin límites se sienten muy
vulnerables, están más solos y desguarnecidos al enfrentar la vida social.
El ejemplo y los límites valen más no sólo que mil
palabras ¡Sino que mil discursos!. Resulta inoperante que a un niño se le
restrinja la tv. Cuando sus padres son tele adictos, o que se hable de
compartir juguetes cuando los padres ¡tienen dificultades para compartir en
otros ámbitos de la vida!. Es
muy importante poder detectar o reconocer nuestras propias dificultades como
adultos, para poder trabajar en ellas y ayudar no solo a nuestros hijos sino
también a nosotros mismos.
En conclusión, la estimulación y el aprendizaje van
siempre de la mano. Una estimulación adecuada contribuye a
procesos de aprendizajes sanos y armoniosos. El poder estimular y acompañar a nuestros hijos en
su crecimiento, “haciéndoles sentir nuestra presencia como un faro que no lo dejara perderse en ninguna tormenta. El
amor no es un discurso, es acción. El discurso debe ser sostenido por el ejemplo. Un padre que estimula es un padre que ayuda a su
hijo a navegar con independencia y felicidad hacia el futuro.”
Bibliografia consultada:
- Goldberg, Beatriz , revista psicología (+) positiva nro.16.
- Doltó, Francoise. "Los retrasados no existen"